martes, 2 de noviembre de 2010

Ven

Cierra los ojos y viaja conmigo

bajo los acordes inefables de este piano

que desgrana para ti su melodía.

Que resbale por tu piel

la blanca espuma de sus notas

música que abraza tus oídos

y cae, inexorable

por tu cuerpo que vuela.

Porque eso somos

sobre este terrón de sacrificios:

soledad sobrevolando

los rumbos de un poema casi escrito

en la lengua y en el miedo.

Y hasta que llegue la hora de las estrellas

déjate llevar, idea y carne

en la danza sublime del que sueña.

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