martes, 29 de octubre de 2013

Divagando

No se si soy rara o igual siempre fui así. Igual  la vida y todo lo que me ha pasado me ha cambiado. De pronto valoro mucho algunas cosas (antes me daba igual ayudar a todos, aunque luego yo estuviera sola), pero ahora soy mas consciente de detalles o gestos que no me van (Lo que antes me dolía y justificaba pensando: bueno, no es con mala intención, ahora me molesta y no me da la gana comérmelo). Creo que ya me pasaba antes, solo que antes siempre me preocupaba por los sentimientos ajenos. Pero al final, si no se preocupan por los tuyos y cada cual suelta lo que mejor le viene.... ¿Para que me voy a preocupar yo por necesidades ajenas o por como se sienta el resto? Creo que he cogido el punto egoísta que no tenia. y que tanto me recalcaban mis amigos (bendito Guille, cuantas veces me lo dijiste. Eres tonta. Y tenias la razón, lo fui y lo soy, pero espero dejar de serlo) que me faltaba. Eso y que yo misma me doy cuenta que, con todo lo pasado, ha quedado un algo de rencor en mi que jamas pensé que tendría. Ley de vida. La vida golpea y ese golpe  puede dejar cicatriz en muchas cosas.
Definitivamente:
¿Que alguien esta gordo? Pues lo soltare
¿Que alguien esta arrugado? Pues lo diré
¿Que alguien es cojo? Pues le retare a una carrera
Me dedicare a hacer radiografías visuales mirando los defectos que puedo ir sacando, para cuando reciba algo similar, lo soltare para ver si hace la misma gracia, o si yo no soy la mas graciosa del lugar ¿Que molesta? A mi me molestan otras cosas y me aguanto.
¿Para que pensar en sentimientos ajenos y en que algunos defectos de una persona pueden hacer daño? ¿Por que no ver que a algunas personas recordar su pasado les hace daño, no es que lo olviden?
Pues eso,  que estoy muy cansadita de mirar por el resto y que el resto  se sienta bien. Así que haré lo mismo que todos, utilizar una supuesta "sinceridad" caiga quien caiga. ¿Por que voy a ayudar a  quien no me ha ayudado cuando mas lo he necesitado? No se porque creo que Enero va a suponer un antes y un después o un cambio muy grande en mi vida. Porque como se suele decir ya no mas... (que me cuesta decirlo, pero cuando pongo el pie, significa que ya no lo quito).

jueves, 22 de agosto de 2013

A nadie le importó/que la belleza de las flores se marchitase/y yo me ví envejeciendo en el mundo/mientras caía la lluvia.

sábado, 17 de agosto de 2013

Perder un hijo

Nada, ningún dolor se le asemeja. Nada es peor. Nada te marca tanto. Aun hoy, 8 meses después, me cuesta hablar de mi pequeña Lucia. Pese a lo prontito que nació, ella estaba dispuesta a luchar por su vida y su papa y yo, estábamos dispuestos a acompañarla en el duro camino. Todo fue bien los primeros trece días. Pero el día 21 de Diciembre a las 9:30 de la mañana, cuando estábamos a punto de salir hacia el hospital para la visita… nos llamaron por teléfono. Cuando escuche hablar a mi pareja, no necesite que me dijera nada, note que algo no iba bien. Me dijo que teníamos que ir rápido al hospital, eran los pediatras diciendo que la niña había empeorado. Fui todo el camino llorando, rezando y suplicando que nadie me quitara a mi niña. Cuando llegamos al hospital, los médicos nos estaban esperando. Nos llevaron a un despacho y allí nos explicaron que la situación era muy crítica. Había tenido un paro cardiaco y tuvieron que reanimarla e intubarla. Creían que los pulmones se habían encharcado. Fuimos a verla y se nos rompió el alma. Aquella niña pequeñita de 700gr, que no paraba quieta, había desaparecido. Ahora era una niña cansada, nos miraba, abría los ojos y nos miraba agotada. Pasamos todo el día con ella. Antes de irnos agarro el dedito de su padre. Se nos rompía el alma de verla así. De verla intentar luchar por su vida pese a la poca esperanza que había. Nosotros le hablábamos, le decíamos que era una guerrera, una gladiadora y le intentábamos transmitir lo orgullosos que estábamos de ella. Que no se preocupara que todo saldría bien. Nos fuimos intranquilos, rezando para que se cumpliera el milagro. Porque alguien desde el mas allá la ayudara a sobrevivir. Nadie nos escucho. El día 22 de Diciembre las 5 de la madrugada nos llamaron, que fuéramos al hospital. Cuando llegamos, nuestra niña se había ido. A las 4 de la madrugada sus pulmones no pudieron más y se fue. Por primera vez la pude coger en mis brazos, sin vida, pero necesitaba tenerla y poder despedirme de ella. Eso es lo poco que recuerdo de ese momento, y me cuesta mucho trabajo recordarlo y escribirlo… aun hoy. Este es el tema más difícil de todos, es difícil todavía hablar de algo así, no por nada malo pero porque es tan poco común, ¿qué padres pierden a un hijo recién nacido? Aunque somos pocos los que hemos pasado por algo así, es creo que de las cosas en las que nadie sabe que decir… porque nadie se imagina el dolor que sientes… nadie. Lo que yo sentí es que una parte de mi se murió, sentí que nunca voy a ser la misma de antes, sentí culpa, ¡sentí que perdía la cabeza! Solo quería irme con ella. Esta experiencia de vida me ha marcado en lo más profundo y nunca lo voy a olvidar, hasta la fecha no pasa un día donde no recuerde a mi niña, la recuerdo con amor, con mucho dolor y con agradecimiento porque dentro de todo me dejo mucho amor y sobre todo sabiduría, no sabía que era capaz de amar tanto hasta que la conocí. Pero a la vez no sabía que podía sentir tanto dolor hasta que la perdí. El siguiente día cremamos a Lucia, casi no avisamos a nadie, ni velatorios o cosas así, era algo tan doloroso, tan reciente y tan nuestro que no tenía caso. Las cenizas de Lucia están con nosotros, es una pequeña urna con un osito que guardaremos siempre… Ha habido gente que ha intentado hacerme daño utilizando a mi niña y lo han conseguido, vaya que sí. Seguramente sea lo único que me pueda hacer daño de verdad. Pero mi niña no se merece que oculte lo que paso, porque lucho como una leona por su vida, porque con sus 700 gramos soporto pinchazos y pruebas que cualquiera de nosotros no soportaría. Solo deseo que nadie más tenga que vivirlo, que nadie tenga que pasar por lo que nos ha tocado pasar a nosotros. Ni quienes se hayan mofado o utilizado a mi niña para hacerme daño. Allí donde estés mi niña. Tus papas, no te olvidan.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Miedo

Cuando el miedo se une a la esperanza. Cuando sientes que solo Dios puede ayudarte y la fe es lo unico que te mantiene en pie.

lunes, 17 de junio de 2013

Gracias Jaime, por nunca dejarme caer

Hay una persona a la que hace mucho que no le escribo nada. No porque no se lo merezca, al contrario, se lo merece todo.

Ahora que poco a poco, puedo empezar a hablar de Lucia, me doy cuenta de lo que paso aquellos días y sobretodo de la persona que la vida, o el destino puso a mi lado.

Yo no estoy acostumbrada a caerme, al contrario, estoy acostumbrada a subir a todo el mundo a mi espalda y tirar de ellos si caen. Nunca a subirme yo y que tiren de mi.

Pero me caí, no me importa reconocerlo, me caí hasta el punto que me daba igual vivir o no. Sin mi niña, mi vida dejo de serlo.

Todos esos días tuve  a mucha gente pendiente de mi, amigos, mi familia, la familia de mi pareja…

Pero tuve lo más importante y fue una persona que me sujeto, que no me dejo caer, que cada vez que yo me caía el me levantaba.

Alguien que por mí, por ayudarme a salir del pozo, tuvo de dejar su dolor a un lado para poder ayudarme a cargar con el mío.

Recuerdo noches en las que pasaba horas llorando y el estaba siempre abrazándome, hasta que me quedaba dormida. No me dejo sola un segundo, ni se quejo de que el también sufría. Solo me abrazaba e intentaba que caminara a su lado y no me dejara caer.

Gracias a el, hoy estoy aquí. Porque sé que sin el yo no hubiera podido, poca gente tiene la suerte de dar en su vida con una persona tan especial, yo solo puedo dar gracias a que la vida, la casualidad y el destino… hicieran que nos encontráramos. Porque por muchas piedras que la vida ponga en mi camino, se que contigo podre saltarlas.

Gracias Jaime, por cómo me entiendes, por cómo me quieres y por como sujetas mi mano para que yo no caiga.


Te amo.

martes, 21 de mayo de 2013

Cada día sin ti, es una eternidad

El día que naciste fuiste una bendición para mi. 
Cuando te vi me llenaste de una gran sonrisa. 
 Me iluminaste un camino de alegría. 
Tu fuiste mi mayor orgullo. 
 Quiero pensar que me esperas en un lugar mejor. 
 Que eres un ángel, que no conoce la maldad del mundo. 
Mi ángel guardián, que siempre estará a mi lado. 
 Cuando mire las estrellas siempre pensare en ti. 
Mi querida hija, que el camino que te hace falta por recorrer 
 sea tan bonito e iluminado como tu me iluminaste a mi. 
 Es muy difícil pensar que ya no estas conmigo. 
 Ojala pudieras estuvieras un minuto mas para decirte cuanto te quiero. 
 Mi única ilusión es que vuelvas conmigo para besarte 
pero se que ahora es un sueño inalcanzable mi querida hija. 
 Pero esto no es un adiós, sino un hasta luego. 
Me despido de ti, diciéndote cuanto te quiero
Esta noche serán 5 meses sin ti.

domingo, 5 de mayo de 2013

En tu día, solo quiero hacerte una petición ama


Hace ya muchos años que este no es un buen día para mi ama, tú lo sabes. Este año… es aun peor.
Tú sabes lo que ha pasado. Tú no estás y mi niña tampoco.
Cuando tú te fuiste, fue un dolor tan grande, que pensé que nada podía doler mas. Pero no era verdad.
Hoy tengo tu imagen, cuando murió mi hermano, apoyada en aquel nicho, totalmente rota. Aquel día pensaba que sabía lo que sentías, no lo sabía. Solo tú podías saber el dolor que se siente ante la pérdida de un hijo.

Mi niña vivió solo 15 días, pero nada cura el dolor de verla sin vida, aquel día algo se me rompió dentro, se quedo como un vacio que es imposible llenar, que nunca llenare.

Esos 15 días, pegada a aquella incubadora, esperando que se diera el milagro de que mi niña pudiera aguantar, supe que es ser madre y lo que duele serlo.

No puedo explicar lo que sentía cuando ponían el cartel de no pasar, el miedo de que mi niña no estuviera bien, cuando veías a todos los médicos junto a su incubadora.

El dolor cuando nos dijeron que estaba tan mal. Sentir que con ella se te va tu vida. Suplicar y rezar como nunca en tu vida rogando que te lleven a ti pero que la dejen a ella.

Nadie escucho mis suplicas

Es la primera vez que escribo sobre ella, desde que se fue, casi nunca hablo sobre ella. No sé porque es algo muy mío.

Pero ella no se merece que no hable de ella, porque con lo pequeñita que era, no sabes lo que peleo por salir adelante. Todos los médicos estaban sorprendidos por la fuerza que demostraba y las ganas de vivir que tenia. Pero sus pulmoncitos no estaban listos y no pudieron aguantar.

Pero ella no se rindió en ningún momento, peleo por vivir más de lo que la mayoría hemos peleado en toda nuestra vida.

Creo que la noche que se fue, ella lo sabía. Porque ese día nos abrió los ojitos y nos miro. Ese día le agarro el dedito a su padre. Fue como si lo supiera y quisiera despedirse.

Me da mucha pena que no os conocieras porque en lo luchadoras os parecíais mucho. Era tu nieta Lucia, ama y sé que hoy está contigo. Así que solo te pido una cosa, cuídamela ama. Cuídamela hasta que me reúna con vosotras y la pueda cuidar yo.

jueves, 28 de marzo de 2013

Asustada


Asustada  de sentir alegría,
Aterrada por si llega el dolor,
Miedo de ser débil en estos momentos,
Flaquear y que los demás puedan sufrir.
Leve  esperanza de poder luchar,
Lograr superar el terror a mi cuerpo herido,
Ejemplo de fortaleza, entereza y vida.,
La experiencia que tengo  del dolor profundo,
Me dice mi cerebro, el riesgo del control perdido,
Y mi corazón herido tiene miedo,
Miedo a volver a sufrir por lo mismo
Miedo a revivir todo lo vivido...

viernes, 18 de enero de 2013

Estoy tan cansada


Dicen que el tiempo pasa y todo lo cura. Es mentira. El tiempo no cura nada. Aprendes a vivir vacía, sin ganas, pero el dolor se mantiene.

Intentas mirar adelante, pero según pasan los días, te das cuenta que lo único que haces es disimular, fingir para el resto que estas bien. En mi caso creo que he fingido estar bien tantos años, que ya es parte de mí.

He intentado retomar mi vida anterior, volver con las mismas personas que hablaba antes y no puedo. Me recuerdan todo lo que ha pasado y no puedo estar con ellos.
Se que es injusto porque todos han intentado ayudarme, pero no puedo. Es como que mi mente intenta cerrarles el paso.

Se me mezcla la tristeza, la falta de ganas de seguir, con una inmensa rabia por lo que ha pasado.

Si es verdad eso que dicen, que en cada vida pagas lo que has hecho en la anterior, yo en la anterior debí ser la peor persona que existía, porque en esta lo estoy pagando cada segundo.
Si hago un balance de mi vida… ni yo misma entiendo que es lo que me hace seguir adelante, porque no tiro ya la toalla y termino con tanta miseria.

Muchos me volveréis a decir. Porque eres muy fuerte… Mentira, no lo soy. Eso también es parte de la careta con la que he vivido todos estos años.
¿Qué me ha tocado perder mucho y pelear cada minuto de la vida? Sí, pero las ganas de levantarte también se terminan y llega un día que quieres permanecer sentada para siempre.

Creo que para mí, ese día está llegando. Y si no ha llegado ya, creo que no es por valentía… sino por cobardía. Porque para decir, hasta aquí… hay que ser mucho más valiente que para seguir arrastrándote por la vida.

Estoy cansada, cansada de luchar para nada, cansada de llorar todas las noches, cansada de ir perdiendo todo por el camino, estoy… cansada.

Han sido meses e incluso años, en los que ni me había planteado volver a escribir. Después de tantos años pegada a un teclado y haberlos de...