Aunque no moje mi beso el Zahara de tu boca
ni en el surco de tus brazos se dore mi verde trigo,
ni pueda el mar de mi anhelo estrellarse entre tus rocas,
tú bien sabes que me tienes contigo siempre... ¡contigo!
Aunque múltiples deberes nos separan mutuamente
impidiendo que me veas y escuchar cuando te digo,
yo salvaré la muralla que nos separa inclemente
y mi espíritu estará contigo siempre... ¡contigo!
Aunque no aceptes jamás mi entrega de sentimientos
negándole así a mi vida del amor el dulce abrigo,
no digas que no me sientes ni jures que yo te miento?
porque tú me sentirás, contigo siempre... ¡contigo!
Yo te seguiré en la vida, también en el mundo eterno,
pues si te lleva la muerte tras de ella yo te sigo
para vivir en la gloria o quemarme en el infierno
pero estando eternamente, contigo siempre... ¡contigo!
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